Pienso que los textos más bonitos le salen a una de las entrañas. Dar vida a las palabras es un proceso en el que hay que ponerse en todos los detalles que se dan en cada situación concreta que intentamos plasmar. El pomo de una puerta que nos da en el codo al caminar por la casa, una galleta blanda hundida en un café...

"Vaho" es pura entraña. Un homenaje a todas esas abuelas, madres, tías, amigas... Mujeres que se presentan ante nosotras como auténticos cortafuegos. Siempre elegantes, siempre fuertes. Y que aguantan con entereza la dureza de los golpes que les da la vida.

"Vaho" es un viaje hacia el duelo que dejan las ausencias a través de un falso diálogo que sostiene una mujer frente a su propio reflejo. La protagonista desbloquea en la conversación recuerdos que nos invitan a descubrir quién es.

Contar el dolor nunca es sencillo. Contar el dolor duele. Por lo menos a mí me duele mucho. Con pensarlo no es suficiente, necesito sentirlo. Y como tal, lo traslado al papel.

"Vaho" forma parte de una historia más extensa que llevo mucho tiempo queriendo contar y que en algún momento contaré. Es una amalgama de tributos a personas que me inspiraron a tomar los caminos que me hacen ser quien soy.